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Conservación de obras de arte



EFECTOS DAÑINOS DE LA LUZ

La luz, como manifestación de la energía en forma de ondas electromagnéticas, es capaz de afectar o estimular la visión.
En los museos se deben considerar los límites exactos de la cantidad de luz que se proyecta sobre las obras, para no contribuir al deterioro de las mismas.
El termino iluminancia específica la cantidad de energía luminosa que recibe la obra.
Hay valores de iluminancia máxima recomendada, los que se han establecido por la sensibilidad de las obras, las radiaciones térmicas y los aspectos de visualización. Esto debe cumplirse tanto para las fuentes de luz diurna como las artificiales.
Papel, tintas, emulsiones fotográficas, colorantes y pigmentos son especialmente sensibles a la luz. Las lámparas tradicionales, incluso con filtros protectores, pueden dañar las exhibiciones muy rápidamente.

Cantidad de luz o iluminancia (E).

El termino iluminancia especifica la cantidad de energía luminosa que recibe la obra; es un parámetro que se expresa en lux y es directamente proporcional al flujo emitido por la fuente de luz hacia el objeto e inversamente proporcional al área que este ocupa.
Hay valores de iluminancia máxima recomendada, los que se han establecido por la sensibilidad de las obras, las radiaciones térmicas y los aspectos de visualización.
La luz no solo altera el color sino que debilita la estructura material del objeto. Hay que tratar de iluminarlos de forma indirecta y a menudo se utilizan filtros ultravioleta/infrarrojos.
Es necesario un control del tiempo de exposición, debido a que los efectos fotoquímicos son acumulativos, por lo que el nivel de iluminación y el tiempo de exposición se relacionan inversamente, de forma que cuanto mayor sea la iluminación, menor ha de ser el tiempo de exposición y viceversa.
Para una buena conservación es preferible conocer la composición de la obra: si se trata de materiales sensibles, frágiles, etc.

DURACIÓN DE LA EXPOSICIÓN A LA LUZ (T)

Los criterios de iluminación que rigen el alumbrado de las galerías de arte, donde las obras permanecen un tiempo limitadas, son distintos a los aplicados en los museos, donde las exposiciones suelen tener un carácter permanente.
El efecto de degradación o deterioro de la obra, es igual al producto del nivel de iluminación sobre la misma, por el tiempo de exposición al que está sometida. Esto significa que sufre igual degradación una obra que es iluminada con 100 lux (nivel de iluminancia) durante 2000 horas, que una que esté iluminada con 50 lux durante 4000 horas.
Este aspecto, si es correctamente controlado, permite al expositor, incrementar niveles de iluminación en ciertas ocasiones, compensado con la reducción del tiempo de exposición al público o recurriéndose frecuentemente a la rotación de las obras expuestas.
En la Tabla siguiente se muestran los valores acumulativos máximos recomendados que son aceptados en la práctica para reducir el daño y, a su vez, mantener condiciones adecuadas de visibilidad. 


NIVELES DE ILUMINANCIA MÁXIMA RECOMENDADA PARA LAS OBRAS DE ARTE

Grupo
Materiales
Iluminancia
A
Acuarelas, telas, papel, grabados, tapices, etc.
50 lux
B
Oleos, temperas, hueso marfil, cuero, etc.
200 lux
C
Piedra, metal, cerámica fotos en blanco y negro
300 lux


Los agentes deteriorantes producidos por la luz son dos, el efecto fotoquímico y el efecto térmico.
El daño que causa la luz sucede por dos procesos: la acción fotoquímica (radiación ultravioleta) y el efecto calorífico radiante (infrarrojas).debe ser correctamente filtrada para eliminar efectos tan dañinos como las radiaciones infrarrojas (IR), por su daño térmico, y las ultravioletas (UV), que inciden en la degradación fotoquímica.
Ambos tipos de radiación no visible han de ser controladas de forma que la radiación IR no eleve la temperatura de los objetos, ni afecte a la temperatura y humedad del aire.
El control de la radiación ultravioleta tiene más que ver con la elección de la fuente de luz y la forma de iluminar que con el empleo de elementos correctores como los filtros. 
FACTOR DE DETERIORO

El potencial de deterioro de una fuente determinada de luz puede expresarse mediante el denominado factor de deterioro.
El daño típico ocurre a partir del calor radiante causando un aumento en la temperatura. Esto genera una reacción en la superficie de un objeto como puede ser rotura, movimiento o cambio de color en la pintura usada para crear la pieza de arte que vemos en el museo. El problema es que toda la luz visible causa deterioro fotoquímico.
Un método para disminuir la gravedad del daño es un sistema preciso en la medición de la intensidad de luz. Esto permite determinar cuánta iluminancia (luz visible) la pieza de arte recibirá. Una vez que la intensidad actual de la luz visible es medida, se puede disminuir la intensidad de iluminación para que el rango de deterioro fotoquímico disminuya considerablemente. Otros métodos para ayudar a preservar y disminuir los daños UV e IR son a través del uso de filtros, la limitación en el tiempo de exhibición de los objetos y removiendo toda radiación invisible innecesaria.
Los LED ofrecen ahorros de energía significativos en comparación con las fuentes de luz tradicionales, insignificante radiación UV / IR, menos calor que los halógenos, opciones de temperaturas de color cálida y fría y tienen una vida útil larga y de alta calidad.


FACTORES DE DETERIORO Y TEMPERATURA DE COLOR DE ALGUNAS FUENTES LUMINOSAS

Fuente
Fd %
Temp (K)
Sodio blanco
0.10
2500
Lámparas incandescentes
0.15
2800
Halógena ( abierta)
0.20
3000
Tubos fluorescentes color 84
0.21
4000
Tubos fluorescentes color 94
0.18
3800
Tubos fluorescentes color 96
0.34
6500
Luz diurna ( cristal de 4mm)
0.68




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